Propuesta de Petro: una “fuerza armada de paz” para Palestina

En junio pasado, la Asamblea General de la ONU eligió a Colombia para representar a América Latina y el Caribe en un puesto rotatorio dentro del Consejo de Seguridad.

El presidente Gustavo Petro anunció este martes que, al iniciar su mandato como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU en enero próximo, propondrá la creación de una “fuerza armada de paz” destinada a Palestina.

“Llevaremos esta iniciativa como Colombia, el país de Bolívar, al pleno de la Asamblea de las Naciones Unidas”, afirmó Petro durante una alocución transmitida por radio y televisión, donde también destacó la importancia de que Colombia forme parte de esta fuerza.

Según el presidente, “Estados Unidos bloquea cualquier iniciativa de paz” en el Consejo de Seguridad, por lo que la única opción es que “la Asamblea General de Naciones Unidas, por mayoría, apruebe la creación de una fuerza armada de paz que ingrese a Palestina, en la cual Colombia debe participar”.

En junio pasado, la Asamblea General de la ONU eligió a Colombia para representar a América Latina y el Caribe en un puesto rotatorio del Consejo de Seguridad, con un mandato de dos años que comenzará el 1 de enero de 2026.

Para el presidente Petro, la creación de una “fuerza armada de paz” es una manera de “hacer valer el derecho de la humanidad a exigir el fin del genocidio en Israel”.

En mayo de 2024, Colombia rompió relaciones diplomáticas con Israel como respuesta a la ofensiva militar en Gaza, donde, según las autoridades locales, han muerto 63.633 palestinos, en su mayoría mujeres, niños y personas mayores.

Petro se ha posicionado como uno de los críticos más destacados en América Latina de este conflicto, al que califica sin titubeos como un “genocidio”. Además, ha apoyado las denuncias contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, por presuntos crímenes de guerra ante la Corte Penal Internacional (CPI).

El presidente colombiano también advirtió que “las bombas que caen en Gaza también podrían caer en Bogotá, Caracas, Quito y Buenos Aires, sin importar la postura de sus mandatarios”.

En sus palabras, actualmente se libra una “guerra matemática” contra los pueblos que no son económicamente poderosos, aquellos que no consumen en grandes cantidades y que, a su vez, son rebeldes porque aspiran a una humanidad pacífica y llena de vida.


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