Esta afirmación resalta el punto central planteado por los epidemiólogos: la información clara y precisa es clave para una toma de decisiones informada, tanto a nivel ciudadano como gubernamental.

A raíz de las cifras sobre salud y mortalidad materna presentadas recientemente por el presidente Gustavo Petro, la Asociación Colombiana de Epidemiólogos, por medio de uno de sus directivos, Jorge Luis Hernández, lanzó una crítica contundente a la forma en que el mandatario ha expuesto los datos.
En conversación con Mañanas Blu, Hernández rechazó cualquier acusación de “ignorancia matemática” o “mala intención ideológica”, aclarando que la preocupación real radica en el uso de datos de manera selectiva y la presentación de gráficas modificadas que distorsionan la realidad para proyectar resultados aparentemente positivos.
“No se trata de ignorancia estadística ni de mala fe”, afirmó el epidemiólogo. “El problema es que se están presentando datos sesgados. Lo que los ciudadanos merecen es información correcta, veraz, que les permita tomar decisiones informadas. Esa es nuestra única preocupación.”
Esta afirmación destaca el núcleo de la crítica de los epidemiólogos: la transparencia y la exactitud en los datos son esenciales para orientar tanto las decisiones ciudadanas como las políticas públicas.
De acuerdo con Hernández, la preocupación central radica en que se están utilizando frecuencias absolutas en lugar de tasas de mortalidad o razones, que son los indicadores recomendados a nivel internacional para evaluar el riesgo y hacer comparaciones confiables entre distintas regiones y países.
Cuestionamientos a la forma en que se presentan los datos de salud
Una de las principales críticas formuladas por el epidemiólogo Jorge Luis Hernández se centra en la manera en que el presidente presentó las cifras de mortalidad materna. Según explicó, se mostró una aparente reducción del 28,4 %, basada en números absolutos, lo cual puede resultar engañoso. Al aplicar el indicador internacionalmente aceptado —la razón de mortalidad materna—, la reducción real es mucho menor: apenas 3,8 puntos porcentuales.
“El simple hecho de comparar cifras absolutas y no tasas o razones implica un sesgo y altera la interpretación del dato”, advirtió Hernández.
El problema, según él, no se limita a la mortalidad materna. También se han detectado inconsistencias similares en otras áreas clave como la mortalidad infantil, mortalidad evitable, mortalidad perinatal y muertes por desnutrición. La ausencia del uso de tasas —que permiten medir el riesgo real y hacer comparaciones válidas a nivel nacional e internacional— genera una percepción de mejora que, en muchos casos, no se ajusta a la realidad.
Finalmente, el epidemiólogo Jorge Luis Hernández advirtió sobre una posible brecha entre las metas establecidas por el Gobierno en el Plan Nacional de Desarrollo y la realidad actual. El compromiso oficial es reducir la mortalidad materna a 32 muertes por cada 100.000 nacidos vivos para el año 2026. Sin embargo, las cifras más recientes indican que el indicador se mantiene en 44 por cada 100.000, lo que, según Hernández, evidencia que “esa meta no se va a cumplir, y es necesario reconocerlo”.
Esta observación pone en evidencia la desconexión entre los objetivos proyectados y los resultados reales, subrayando la importancia de una gestión pública basada en datos confiables y una rendición de cuentas transparente ante la ciudadanía.
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