Un informe de la Contraloría había señalado un incremento inusual en los anticipos realizados por Nueva EPS a sus prestadores. No obstante, la Superintendencia de Salud sostiene que no se trata de anticipos, sino de pagos por servicios efectivamente prestados, y que lo único pendiente es determinar a qué facturas serán asignados dichos montos.

La Superintendencia de Salud señala que la Nueva EPS —intervenida por el Gobierno desde abril del año pasado— está utilizando de manera incorrecta el término “anticipo” en su contabilidad, cuando en realidad se trata de pagos ya efectuados a clínicas y hospitales. Por esta razón, la entidad le ordenó a la EPS precisar cuáles facturas deben considerarse saldadas con dichos giros.
La semana pasada, un informe de la Contraloría reveló un incremento atípico en los anticipos reportados por la Nueva EPS, que pasaron de $3,4 billones en 2023 a $8,6 billones en 2024, lo que representa un aumento del 155 %.
No obstante, la Superintendencia insiste en que no son anticipos —aunque estén registrados como tal—, sino pagos por servicios ya prestados. Por ello, ordenó a la EPS que legalice estas transacciones y acuerde con cada prestador a qué facturas se les debe aplicar el dinero girado.
“La Nueva EPS únicamente debe suscribir con cada prestador las actas correspondientes, en las que se acuerde a qué facturas se aplicarán los pagos realizados; de esta manera, se eliminará la figura del llamado ‘anticipo erróneo'”, indicó la Superintendencia en un comunicado.
“He instruido a la nueva gerente interventora, Gloria Polanía, para que, en cuestión de semanas, finalice la ronda con los prestadores en todo el país, con el fin de definir a qué facturas se aplicarán los pagos ya efectuados”, declaró el superintendente Giovanny Rubiano García.
La Superintendencia de Salud también cuestionó el informe presentado por la Contraloría, al considerar que ofrece una visión desfavorable de la intervención de la EPS sin tener en cuenta las deficiencias previas de la Nueva EPS ni su falta de transparencia en la gestión.
La calidad del servicio de salud ofrecido por Nueva EPS ha venido deteriorándose, tanto así que en los últimos meses sus afiliados han realizado protestas en dispensarios, debido a la escasez de medicamentos, y en las sedes de la entidad, por las demoras en la atención médica.