La economía de Estados Unidos, así como la del resto del mundo, registrará un crecimiento ligeramente mayor este año en comparación con lo previsto anteriormente.

WASHINGTON (AP) — La economía de Estados Unidos, así como la del resto del mundo, registrará un crecimiento ligeramente mayor este año en comparación con lo previsto anteriormente, según informó este martes el Fondo Monetario Internacional (FMI). Esto se debe a que los aranceles impuestos durante la administración Trump han tenido un efecto menos perjudicial del anticipado, aunque aún no se conoce completamente su impacto.
En su informe semestral Perspectivas Económicas Mundiales, el FMI proyectó que la economía estadounidense crecerá un 2% en 2025, una cifra ligeramente superior al 1,9% estimado en julio y al 1,8% previsto en abril. Para 2026, se espera un crecimiento del 2,1%, apenas una décima de punto porcentual por encima de la proyección anterior.
En cuanto a la economía global, el FMI estima un crecimiento del 3,2% para este año, por encima del 3% previsto en julio. Para 2026, la proyección se mantiene en 3,1%, sin cambios respecto a la estimación anterior.
Estas cifras marcan una especie de ajuste en las previsiones del FMI. En enero, antes de que el expresidente Trump comenzara a aplicar aranceles, el organismo había proyectado un crecimiento global del 3,3%, apenas por encima de su estimación más reciente. Aunque tanto la economía estadounidense como la mundial han mostrado un desempeño más sólido de lo anticipado, el FMI advierte que aún es prematuro declarar que están fuera de peligro. Trump continúa amenazando con nuevos aranceles, y los efectos de los cambios en los flujos del comercio internacional podrían tardar en hacerse evidentes.
Las causas de este mejor rendimiento “son evidentes”, aseguró Pierre-Olivier Gourinchas, economista jefe del FMI, en una publicación en el blog del organismo.
“Estados Unidos logró cerrar acuerdos comerciales con varios países y concedió numerosas exenciones”, explicó Gourinchas. “Muchos gobiernos optaron por no responder con represalias, lo que permitió que el sistema comercial global se mantuviera mayormente abierto. Además, el sector privado reaccionó con rapidez, anticipando importaciones y reorganizando de forma ágil sus cadenas de suministro”.
Al adelantar la compra de bienes, muchas empresas lograron abastecerse antes de que los aranceles entraran en vigencia, lo que les ayudó a evitar —o al menos posponer— incrementos en los precios.
No obstante, muchos de estos factores representan “un alivio temporal más que una verdadera solidez en los fundamentos económicos”, advirtió el FMI en su informe.
El organismo también señaló que los datos sobre los precios de importación en Estados Unidos indican que, hasta ahora, son los importadores y minoristas estadounidenses quienes han asumido la mayor parte del costo de los aranceles, en contraste con lo que afirmaban varios funcionarios de la administración Trump, quienes aseguraban que serían las empresas extranjeras las más afectadas. Según el FMI, es probable que, con el tiempo, esas empresas terminen trasladando esos costos adicionales a los consumidores.
El informe también revela indicios de que los efectos negativos de los aranceles más altos ya están comenzando a sentirse. La inflación subyacente —que excluye los precios volátiles de alimentos y energía— ha aumentado al 2,9%, según el indicador preferido por la Reserva Federal, frente al 2,7% registrado el año anterior. Además, el ritmo de contratación prácticamente se ha estancado, lo que podría deberse, al menos en parte, a una mayor cautela de las empresas ante la incertidumbre generada por las medidas comerciales.
Las proyecciones del FMI son ligeramente más optimistas que las de muchos analistas del sector privado. La Asociación Nacional de Economía Empresarial (NABE), que agrupa a economistas de empresas y del ámbito académico, estimó el lunes que la economía de Estados Unidos crecerá solo un 1,8% en 2025 y un 1,7% en 2026.
Según la encuesta de la NABE, casi dos tercios de los economistas consultados creen que los aranceles impuestos por el gobierno están restando hasta medio punto porcentual al crecimiento económico.
Sin embargo, otras dinámicas están ayudando a contrarrestar parte del impacto negativo de esos aranceles, explicó Gourinchas. Por ejemplo, las restricciones migratorias han reducido la disponibilidad de mano de obra justo cuando la demanda de empleo ha comenzado a desacelerarse. Esto ha contribuido a mantener baja la tasa de desempleo.
Además, un auge en la inversión tecnológica —impulsado por el desarrollo de la inteligencia artificial y su aplicación en centros de datos y sistemas informáticos— también ha servido como motor adicional para la economía, añadió Gourinchas en su blog.
Por su parte, China ha logrado mitigar el impacto de los aranceles estadounidenses redirigiendo sus exportaciones hacia mercados en Europa y Asia, en lugar de enviarlas a Estados Unidos. Además, la depreciación de su moneda ha contribuido a abaratar sus productos en el exterior, favoreciendo su competitividad. El FMI prevé que la economía china crecerá un 4,8% este año y un 4,2% en 2026, manteniendo las mismas proyecciones publicadas en julio.
En cuanto a Europa, Alemania está impulsando el crecimiento económico a través de un aumento del gasto público, especialmente destinado al fortalecimiento de su sector militar, según señaló Gourinchas. Como resultado, el FMI ha revisado al alza sus estimaciones para la eurozona: ahora espera que los 20 países que utilizan el euro crezcan un 1,2% en 2025, frente al 1% estimado en julio, y un 1,1% en 2026, cifra que se mantiene sin cambios respecto a la proyección anterior.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) es una institución compuesta por 191 países miembros, cuyo objetivo es fomentar el crecimiento económico, mantener la estabilidad financiera y contribuir a la reducción de la pobreza a nivel mundial.
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