Asesinato de Charlie Kirk: EE. UU. enfrenta una política teñida de sangre y temor a la radicalización

Es importante destacar que Tyler Robinson, acusado de asesinar al activista conservador estadounidense Charlie Kirk, “no está colaborando” con las autoridades ni ha admitido su responsabilidad, según afirmó este domingo Spencer Cox, gobernador de Utah, estado donde ocurrió el crimen el pasado miércoles, en declaraciones a la prensa.

El homicidio de Charlie Kirk, activista conservador cercano a Donald Trump, ha vuelto a sumir en la violencia la política estadounidense, provocando conmoción a nivel global y avivando las inquietudes sobre la creciente polarización y el aumento de la violencia en Estados Unidos.

Kirk, de 32 años y reconocido por sus posturas controvertidas, fue fatalmente baleado en una universidad de Utah mientras participaba en un debate. Las autoridades han señalado que el ataque tuvo “motivaciones políticas”.

En una entrevista con Sala de Prensa Blu, el profesor Ernesto Castañeda, de la American University, señaló que Kirk “se dedicó durante muchos años a fomentar una nueva generación de jóvenes conservadores”, empleando “ideas conservadoras extremas para encender la polémica y provocar debate”.

Como fundador de Turning Point, Kirk tuvo un papel clave en las campañas de Donald Trump, siendo reconocido por movilizar a “muchos jóvenes universitarios, especialmente hombres, para votar por Trump en esas elecciones”.

El profesor Castañeda lo definió como un “combatiente en esta guerra cultural”, resaltando la ironía de su fallecimiento: fue “disparado durante un evento en una universidad, justo cuando respondía una pregunta sobre la violencia armada”, a pesar de ser un firme defensor del derecho a portar armas.

Por su parte, Javier Garay, profesor e investigador de la Universidad Externado de Colombia, señaló que “el problema no es solo la polarización o las diferencias ideológicas, sino la creciente radicalización”.

Este fenómeno se da “cuando estos grupos perciben la visión del otro como una amenaza existencial para sus propias creencias, lo que desencadena un proceso de justificación para recurrir a la violencia”.

Es importante destacar que Tyler Robinson, sospechoso del asesinato del activista conservador estadounidense Charlie Kirk, “no está colaborando” con las autoridades ni ha confesado el delito, informó este domingo Spencer Cox, gobernador de Utah, estado donde ocurrió el crimen el pasado miércoles, en declaraciones a los medios.

“No ha confesado ni coopera con las autoridades, aunque todas las personas a su alrededor sí lo están haciendo”, señaló Cox durante su participación en el programa ‘This Week’ de ABC, refiriéndose al asesinato de Kirk, aliado del expresidente Donald Trump, quien falleció tras recibir un disparo en el cuello durante un evento en la Universidad Utah Valley.

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