Lacouture advirtió que cualquier deterioro en las relaciones bilaterales que conlleve repercusiones económicas recaerá únicamente bajo la responsabilidad del Gobierno colombiano.

María Claudia Lacouture, presidenta de la Cámara de Comercio Colombo Americana (AmCham Colombia), afirmó que la decisión del Gobierno de Estados Unidos de revocar la visa del presidente Gustavo Petro no tendrá un efecto inmediato en las relaciones comerciales entre ambos países ni en la política arancelaria.
La suspensión de la visa generó un amplio debate político y económico en Colombia. Frente a esta situación, Lacouture explicó que se trata principalmente de un gesto diplomático, más que de una acción con implicaciones comerciales.
“Esta decisión refleja una profunda inconformidad del gobierno estadounidense ante la intervención del presidente Petro en asuntos internos”, comentó Lacouture en una entrevista con Mañanas Blu.
Aunque la presidenta de AmCham reconoció que la medida añade un grado de tensión a una relación bilateral ya compleja, subrayó que no implica una ruptura ni afecta directamente las políticas comerciales entre los dos países.
“Sin duda, esta situación añade más tensión a la relación, y parece que el presidente Petro busca precisamente ese efecto, lo que complica aún más la posibilidad de construir una agenda bilateral estable”, agregó.
Relaciones comerciales y estabilidad arancelaria
Tras el anuncio, surgió la preocupación sobre un posible efecto en los aranceles que Estados Unidos impone a los productos colombianos. No obstante, Lacouture destacó con claridad la importancia de distinguir entre los asuntos políticos y los comerciales.
“No debería mezclarse la política con los asuntos comerciales”, afirmó. Actualmente, Colombia mantiene una tarifa arancelaria promedio del 10 % en sus exportaciones hacia Estados Unidos, una de las más favorables a nivel mundial.
Según AmCham, el 82,7 % de los productos que Colombia exporta no está afectado por esta estructura arancelaria. Por el contrario, se han generado nuevas oportunidades, especialmente para los sectores agrícolas y otros productos estratégicos con alta demanda en el mercado estadounidense.
“Hemos analizado que el 82.7 % de nuestra canasta exportadora no se ve afectada; al contrario, se han abierto nuevas posibilidades para los productos colombianos”, puntualizó.
Diplomacia empresarial y posibilidad de sanciones
La presidenta de AmCham recordó que, tras el incidente ocurrido el 26 de enero, cuando Estados Unidos evaluó la imposición de aranceles adicionales a los productos colombianos, el sector privado fortaleció sus esfuerzos en diplomacia empresarial.
“Desde ese momento hemos trabajado de manera continua con el Congreso estadounidense, el Departamento de Estado y la Oficina del Representante Comercial de EE. UU. (USTR), con el objetivo de mantener separados los asuntos políticos de los comerciales”, destacó.
Sin embargo, advirtió que la incertidumbre política en ambos países podría dar lugar a situaciones imprevistas. Aunque los aranceles no están en riesgo inmediato, la imposición de sanciones en otros ámbitos —como la lucha contra las drogas o la certificación anual— podría traer consecuencias económicas.
“Siempre existe la posibilidad de que algunos temas terminen afectando el comercio, por lo que es fundamental explorar todos los mecanismos posibles para evitar llegar a esa situación”, alertó.
Inversión extranjera en riesgo debido a la imagen del país
Más allá del tema arancelario, Lacouture resaltó el impacto negativo que estas tensiones generan en la percepción internacional de Colombia, especialmente entre inversionistas estadounidenses, quienes han sido históricamente los principales aliados económicos del país.
“Actualmente enfrentamos una caída del 15 % en la inversión extranjera directa, lo que no solo afecta la llegada de capital, sino también el ritmo de crecimiento económico”, señaló.
De acuerdo con la presidenta de AmCham, la incertidumbre no solo proviene de la actual coyuntura diplomática con Estados Unidos. También afectan las reformas planteadas por el Gobierno Nacional, como las laborales y de salud, además de la ausencia de una estrategia definida para la transición energética.
“Son varios los factores que ya estaban generando desconfianza en la inversión extranjera directa, y esta situación, sin duda, se suma a ello”, subrayó.
Un llamado a la responsabilidad del Gobierno
Lacouture enfatizó que cualquier aumento en las tensiones bilaterales que provoque impactos económicos recaerá exclusivamente bajo la responsabilidad del Gobierno colombiano.
“La responsabilidad por cualquier medida que tome el presidente Petro para aumentar las tensiones y afectar las relaciones comerciales recae directamente en el Gobierno Nacional. Al final, serán todos los colombianos quienes paguen el precio de esa irresponsabilidad”, advirtió.