El informe destaca la presencia de la fuerza pública y señala que, debido a las limitaciones geográficas y de infraestructura, se ha dificultado el rescate de varias personas.
El informe de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (Ocha), en el contexto de la crisis humanitaria en el Catatumbo, señala que desde el 16 de enero hasta el 31 del mismo mes, 77.418 personas se han visto afectadas por la guerra. Este informe resalta un desplazamiento sin precedentes en la región, con 51.938 personas forzadas a abandonar sus hogares, lo que representa el mayor desplazamiento masivo registrado en los últimos 28 años, afectando principalmente a Ábrego, Convención, El Tarra, San Calixto, Teorama, Hacarí, Sardinata y Tibú.
El informe también aborda las condiciones de confinamiento y restricción de movilidad de la población. Según la Ocha, al menos 25.302 personas no pueden desplazarse debido a los enfrentamientos, de las cuales más de 5.000 están completamente confinadas. Además, se enfatiza la dificultad de acceso al territorio por parte de las fuerzas militares. La Ocha explica que las limitaciones geográficas, como la falta de infraestructura vial en áreas rurales, junto con la situación de seguridad marcada por la presencia de grupos armados no estatales y la posible existencia de minas antipersonal, han impedido que las instituciones realicen intervenciones y limitan la respuesta humanitaria, así como el acceso a mecanismos de protección para las personas afectadas.
El informe también resalta la situación de los refugiados, registrando que actualmente permanecen 4.443 personas, entre las cuales se incluyen familias migrantes que aún no han recibido orientación ni atención para resolver su situación legal. Además, la población indígena ha sido gravemente afectada por la guerra. Según la Ocha, 300 miembros del pueblo indígena Barí son los más perjudicados, mientras que 107 personas del resguardo Sakacdú se encuentran confinadas.
El informe también menciona el estado de conmoción decretado por el presidente Gustavo Petro, destacando las medidas tomadas, pero expresando serias preocupaciones sobre el uso de artefactos explosivos artesanales en vías principales, lo que agrava las afectaciones y provoca más emergencias humanitarias.
“La medida ha permitido al gobierno tomar acciones excepcionales para restablecer el orden mediante el despliegue de la fuerza pública en algunos municipios del Catatumbo. Sin embargo, preocupan los riesgos de protección de la población civil ante las acciones de los grupos armados no estatales contra la fuerza pública, como el uso de Artefactos Explosivos Improvisados en vías principales, que generan afectaciones y nuevos riesgos de emergencias humanitarias”, aclara la Ocha.
El informe de la Ocha expone otras cifras alarmantes: 51.938 personas desplazadas, 5.178 personas confinadas, 46.500 niños afectados, 12 firmantes de paz desaparecidos y seis firmantes de paz asesinados.