Demoras en Sirius tendrían un alto costo para el país: 5 billones anuales, dice Promigas

El proyecto Sirius, propiedad de Ecopetrol y Petrobras, tiene el potencial de suministrar gas al país por dos décadas, y su puesta en operación está proyectada para el año 2030.

Cualquier retraso en el desarrollo del megaproyecto de gas Sirius podría costarle a Colombia entre 4 y 5 billones de pesos anuales, según advierte el más reciente Informe de Gas de Promigas. La entrada en operación de este proyecto está prevista para el año 2030.

Sirius, desarrollado por Ecopetrol y Petrobras, cuenta con reservas suficientes para abastecer la demanda nacional de gas durante aproximadamente 20 años. No obstante, su ejecución requiere la realización de más de 100 consultas previas con comunidades, así como la obtención de una licencia ambiental, lo que podría generar demoras.

Promigas también advierte que no avanzar en el desarrollo del gas natural podría representar pérdidas de hasta 15 billones de pesos en la próxima década. A esto se suma el impacto ambiental, ya que el reemplazo del gas por otros combustibles más contaminantes elevaría considerablemente las emisiones.

Las cifras evidencian un panorama desafiante para el sector del gas en Colombia. El país perdió reservas durante el año pasado y actualmente solo cuenta con provisiones suficientes para 5,9 años de “suministro nacional parcial”. Desde diciembre, cerca del 17 % del consumo nacional proviene de importaciones, y según proyecciones de Naturgas, el déficit de gas nacional podría superar el 50 % hacia 2029.

Ante este escenario, Promigas advierte que es urgente realizar ajustes regulatorios que permitan facilitar las importaciones en el corto plazo, así como habilitar mecanismos para que las plantas térmicas liberen el gas que no están utilizando.

A mediano plazo, la empresa señala la necesidad de reactivar la exploración de hidrocarburos, considerar la implementación del fracking, adaptar la infraestructura de gasoductos —originalmente diseñada para transportar gas de la Costa al interior del país— y reconocer el papel estratégico del gas natural como respaldo confiable para las energías renovables intermitentes, además de ser una fuente con menores emisiones frente a otros combustibles fósiles.

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