Lo que empezó como eructos frecuentes en una joven de 24 años terminó siendo el síntoma de una grave enfermedad que transformó su vida.

Bailey McBreen, una joven de 24 años, comenzó a experimentar en 2021 un síntoma inusual: eructaba entre cinco y diez veces al día sin una causa aparente.
En un principio, pensó que se trataba de una molestia digestiva leve y no le dio mayor importancia. Sin embargo, con el paso del tiempo, los síntomas se agravaron. Empezó a sufrir calambres abdominales, pérdida del apetito y estreñimiento, lo que finalmente la llevó a consultar con un médico.
Fue en Florida, Estados Unidos, donde esta joven enfermera recibió un diagnóstico que cambiaría su vida por completo.
Después de múltiples exámenes, los médicos le diagnosticaron cáncer de colon en etapa 3, una condición poco común en personas tan jóvenes.
“La primera señal de que algo no estaba bien, aunque en ese momento no lo sabía, fue que empecé a eructar en exceso. Eso no era algo habitual para mí”, contó Bailey en una entrevista con el medio NeedToKnow.
Debido a la gravedad de su condición, tuvo que ser sometida a una cirugía de emergencia y actualmente está en tratamiento con quimioterapia, el cual se extenderá hasta finales de agosto.
Aunque el diagnóstico fue un golpe devastador, Bailey afirma que ha logrado mantenerse fuerte y aferrada a la vida. “Lo primero que pude decir fue: ‘No estoy lista para morir’. En ese momento, lo único que pude hacer fue llorar por la vida que solía tener”, recordó con emoción.
Desde entonces, McBreen ha realizado cambios profundos en su rutina diaria. Ha optado por una alimentación completamente orgánica, pasa más tiempo con su familia y se enfoca en cuidar su salud mental y emocional. Para ella, el cáncer se convirtió en una lección que le enseñó a valorar cada momento.
Su historia hoy sirve como una advertencia poderosa sobre la importancia de escuchar al cuerpo, incluso cuando los síntomas parecen insignificantes.
Bailey enfatiza que síntomas como eructos constantes o trastornos digestivos no deben ser ignorados, ya que podrían ser señales tempranas de enfermedades graves y marcar la diferencia en un diagnóstico y tratamiento oportuno.