Gracias al uso de inteligencia artificial, hoy es posible generar contenidos falsos con un nivel de realismo tan alto que pueden emplearse para suplantar identidades y alterar procesos financieros.

Colombia atraviesa un momento crítico en materia de ciberseguridad, con un total de 74.829 denuncias por ciberdelitos registradas en 2024, lo que representa un incremento del 20 % en comparación con 2023. Los sectores más golpeados han sido la banca, la salud y la energía, donde las pérdidas económicas son millonarias y la confianza de los usuarios se ha visto seriamente afectada.
Una de las amenazas emergentes más preocupantes es el uso de inteligencia artificial para generar deepfakes: contenidos falsificados con un nivel de realismo tan alto que permiten la suplantación de identidad y la manipulación de operaciones financieras.
El papel de la IA en estos nuevos esquemas de fraude es cada vez más relevante. Los avances en modelos generativos han facilitado el acceso a herramientas capaces de crear material falso en segundos, lo que representa un riesgo considerable para la seguridad de las transacciones digitales. Como lo advierte Íñigo Castillo, gerente de Incode para Latinoamérica, “la inteligencia artificial está siendo utilizada por los delincuentes para perfeccionar sus ataques”.
¿Cómo prevenir los impactos?
Para enfrentar este desafío creciente, Incode propone cuatro medidas fundamentales: incorporar tecnologías de verificación biométrica avanzada, aplicar mecanismos de autenticación continua y análisis en tiempo real, fortalecer la colaboración entre sectores, y fomentar la educación digital entre los usuarios. La empresa ofrece soluciones basadas en inteligencia artificial y biometría de última generación, que incluyen detección de señales de vida y autenticación constante, con el objetivo de distinguir entre una persona real y una identidad digital falsa.
En este contexto, la confianza digital se ha convertido en uno de los recursos más valiosos. El incremento sostenido de los ciberataques, sumado al desarrollo de tecnologías capaces de falsificar identidades, exige un enfoque más proactivo. Las entidades financieras deben adelantarse a los riesgos, adoptando soluciones que fortalezcan la seguridad y mantengan la integridad del sistema financiero colombiano.