Carolina Martínez, su asistente y amiga cercana, compartió detalles sobre los últimos días y momentos en la vida de la paisa.

El fallecimiento de la presentadora y modelo Lina Marulanda dejó una profunda huella en el país. A 15 años de su muerte, el programa Expediente Final de Caracol Televisión revivió los momentos más difíciles que vivió la paisa en sus últimos días. Carolina Martínez, su asistente y amiga cercana, compartió conmovedores detalles sobre ese período.
Un mes antes del trágico desenlace, Lina sufrió una traición dolorosa: su empleada doméstica, a quien quería como a una madre, la habría engañado. “Le hablaron, la enredaron y dejó entrar a desconocidos. Se llevaron lo que había en la caja fuerte, sus pertenencias”, contó Carolina. A esto se sumaba el fracaso de su emprendimiento de joyería, lo que incrementaba su ansiedad y angustia.
El 22 de abril de 2010, en la mañana de aquel día, Lina desayunó con sus padres, quienes se habían mudado temporalmente con ella para acompañarla en medio de la crisis emocional que atravesaba. Su madre le preparó su plato favorito. Poco después, alrededor de las 9:00 a. m., Lina llamó a Carolina: “Caro, ¿a dónde vienes?”. Al saber que su amiga estaba cerca, Lina le respondió con ternura: “Bueno, aquí te espero. Golpéame cuando llegues. Te quiero mucho”.
Carolina percibió una actitud inusual en Lina, aunque en ese momento no le prestó demasiada atención. La modelo tenía previsto participar en un desfile esa tarde, por lo que, tras dar algunas instrucciones, decidió irse a descansar.
Sus últimos instantes
En el apartamento estaban presentes sus padres, Carolina y el contador. Alrededor de las 11:30 a. m., mientras sus padres veían televisión en la sala, Carolina y Jessica —otra de sus asistentes— trabajaban en una de las habitaciones. De pronto, un sonido inesperado rompió la calma.
“Ella estaba descansando. Escuchamos un golpe. Salí corriendo, dejé caer el portátil y golpeé su puerta con fuerza, pero no obtuve respuesta”, relató Carolina. Alarmada, llamó al portero del edificio, quien le pidió que bajara de inmediato. Al llegar al primer piso, encontró a Lina tendida en el suelo, aferrada a su pequeña virgen de madera, la misma que solía llevar consigo a todas partes.
“La tomé en mis brazos, revisé si tenía signos vitales. Sus papás la vieron, pero estaban en shock, paralizados por la impresión”, recordó con profunda tristeza.
Lina Marulanda falleció a los 29 años, dejando un legado en la televisión colombiana y un recuerdo imborrable entre quienes la admiraban. A pesar del tiempo, su partida sigue rodeada de preguntas y es recordada como una de las pérdidas más tristes en el mundo del espectáculo en Colombia.