El paro arrocero completa cinco días en distintas regiones del país y, ante el impacto que ha generado, el gremio manifestó su disposición al diálogo para buscar una solución y levantar la protesta.

A comienzos de julio de 2025, en el departamento del Tolima se inició un paro arrocero que provocó bloqueos en varias de las principales vías del país. La protesta surge como respuesta a lo que los arroceros consideran incumplimientos por parte del Gobierno nacional en los acuerdos previamente pactados para fortalecer el sector. Sin embargo, según denuncian los manifestantes, hasta el momento no han visto avances concretos.
Con el paso de los días, la movilización ha ganado fuerza y se ha extendido a otras regiones del país, lo que podría agravar aún más la situación. Miguel Ángel Franco, agricultor y vocero del Comité del Paro Arrocero en Tolima, explicó en entrevista con Recap de Blu Radio que son conscientes del impacto nacional que puede tener esta protesta, pero reiteró que están dispuestos a dialogar, siempre y cuando sea con interlocutores que realmente busquen un cambio.
“Ustedes dirán: es el segundo paro en lo que va del año, ¿qué está pasando y por qué? La respuesta es clara: estamos al borde de la quiebra”, afirmó Franco. “Empezamos la primera cosecha con un precio de 205.000 pesos, y después de todo el proceso de trabajo, terminamos vendiendo a 185.000. Así no podemos seguir”.
¿Por qué se retiraron de la mesa de diálogo?
Según explicó Miguel Ángel Franco, el gremio arrocero ha sostenido conversaciones con el Gobierno nacional durante los últimos cuatro meses. Aunque se han alcanzado algunos acuerdos, denuncian que no se ha cumplido nada concreto y que, por el contrario, la situación del sector sigue empeorando. El panorama, aseguran, es cada vez más desalentador para los agricultores.
Los arroceros insisten en la necesidad de dialogar directamente con la ministra de Comercio, Diana Morales, y con la ministra de Agricultura, ya que —según Franco— siempre han mostrado disposición al diálogo, pero también hay un creciente cansancio entre los campesinos. Asegura que el paro fue advertido con anticipación para que se tomaran medidas, pero no fueron escuchados.
“Lo que pedimos son resultados, que se nos valore y se nos trate con dignidad. Merecemos respeto. No somos la Primera Línea, aclaro, pero exigimos ser escuchados. No entendemos por qué envían viceministros que no tienen poder de decisión”, expresó.
¿Qué compromisos no se han cumplido?
Miguel Ángel Franco señaló que, aunque el Gobierno había prometido una serie de auxilios para apoyar al sector arrocero, en la práctica acceder a ellos se ha vuelto casi imposible. Explicó que los requisitos son tan estrictos que, en un distrito con 600 agricultores, solo 42 han sido beneficiados. Además, criticó que no se contemple la situación de quienes arriendan tierras, ya que los beneficios se asignan como si el cultivo hubiera sido realizado por los propietarios.
“Nos cambian las condiciones constantemente. Incluso la misma gobernadora lo ha mencionado. Nos dicen, de forma extraoficial, que no hay recursos. No estamos pidiendo que nos regalen nada. Producimos con calidad, estamos capacitados y queremos trabajar para aportar al país. El arroz que cultivamos es de los mejores que se produce en Colombia”, recalcó.