El país se ha consolidado como un referente en la producción y comercialización de maquillaje, posicionándose como un posible líder en la industria cosmética.

A lo largo del tiempo, Colombia ha logrado posicionarse como uno de los países con mayor potencial para convertirse en una potencia cosmética, tanto en América Latina como a nivel global. Esto se debe a una combinación estratégica de sus recursos naturales, biodiversidad, innovación, talento humano y el crecimiento sostenido de su sector empresarial.
La industria cosmética capilar está viviendo una etapa de cambio profundo. Más allá de los productos tradicionales, el mercado se orienta hacia soluciones científicamente respaldadas que incorporan un enfoque ético y un compromiso con el cuidado ambiental. El consumidor actual no solo busca resultados estéticos efectivos, sino también ingredientes seguros, procesos transparentes, sostenibilidad y respeto por el bienestar animal.
En este marco, América Latina comienza a consolidarse no solo como un mercado clave, sino también como un actor principal en la creación y desarrollo de productos capilares con identidad regional. La rica biodiversidad de la región, junto con un ecosistema científico en crecimiento, ha facilitado el desarrollo de fórmulas innovadoras con alto valor técnico y un gran potencial para la exportación.
Impactos positivos
Según datos de Statista, el mercado global de cuidado capilar superó los 91.000 millones de dólares en 2023 y se proyecta que alcance los 100.000 millones en los próximos dos años. En América Latina, esta categoría representa aproximadamente el 26 % del sector cosmético, con Colombia, Brasil y México como los principales líderes regionales. Asimismo, el crecimiento del comercio digital ha facilitado que las marcas emergentes lleguen directamente a los consumidores, reduzcan costos y construyan comunidades de clientes más informadas y comprometidas.
Una tendencia destacada en la evolución del sector es que las marcas independientes avanzan hacia la formulación propia, lo que les permite proteger su propiedad intelectual, diferenciarse en el mercado y obtener márgenes comerciales más atractivos.
Luisa Chima, empresaria colombiana y creadora de varias marcas cosméticas, afirma: “El nuevo paradigma de la cosmética en Latinoamérica va más allá de la estética, abriendo la puerta a la autonomía científica, el desarrollo sostenible y la competitividad global. Al invertir en talento local, utilizar ingredientes nativos con responsabilidad y apostar por modelos de producción ética y limpia, las marcas están posicionando a la región como un epicentro de innovación en cosméticos”.
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