Cientos de mujeres embarazadas y recién nacidos en Cali se quedarán sin atención mientras se les asigna una nueva IPS.

La crisis de salud en el Valle del Cauca se agrava, ya que siguen cerrando servicios en clínicas privadas debido a la falta de pagos de las EPS. El caso más reciente es el de la Clínica Farallones en Cali, antes conocida como la Materno Infantil, que ha cerrado sus servicios de obstetricia y neonatología.
El cierre de estos servicios fue confirmado por la Federación Colombiana de Sindicatos Médicos (Fecolmed), que alertó que cientos de mujeres embarazadas y recién nacidos en Cali quedarán sin atención mientras se les asigna una nueva IPS.
“La clínica decidió cerrar estos servicios porque no son rentables. Y no lo son por dos razones: primero, las tarifas por la atención en estos servicios son muy bajas, y segundo, porque las EPS, a pesar de lo que ha dicho el gobierno, aún no se han puesto al día con sus deudas. Estos son servicios prácticamente quebrados”, explicó el doctor Jorge Encizo, presidente de Fecolmed.
El futuro de la atención a mujeres embarazadas y recién nacidos en el Valle del Cauca es incierto, ya que estos servicios han sido cerrados en otros centros privados de la región, como la Clínica Palmira.
“Son servicios que requieren personal especializado las 24 horas del día, independientemente de la cantidad de pacientes o pagos. Necesitan ginecólogos, pediatras, médicos generales, enfermeras… Son servicios extremadamente costosos, y las instituciones, especialmente las privadas, optan por cerrarlos debido a la imposibilidad de mantenerlos”, explicó la secretaria de Salud del Valle, María Cristina Lesmes.
El cierre de estos servicios privados agrava aún más la sobreocupación de la red pública de salud en el departamento, que ha hecho varios llamados de alerta al gobierno nacional para que salde las deudas con las EPS intervenidas, que ascienden a dos billones de pesos.
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