Según un informe divulgado por la Iniciativa para Contabilizar los Gases de Efecto Invernadero de la Guerra (IGGAW), en el tercer aniversario del inicio de la invasión de Ucrania, la guerra ha generado la misma cantidad de CO2 que 120 millones de automóviles en un año.

La guerra en Ucrania ha generado 229,7 millones de toneladas equivalentes de CO2 desde el inicio de la invasión rusa hace tres años, una cantidad equivalente a las emisiones anuales de 120 millones de automóviles de combustión o a las emisiones combinadas de Austria, Hungría, República Checa y Eslovaquia.
Así lo revela un informe divulgado este lunes por la Iniciativa para Contabilizar los Gases de Efecto Invernadero de la Guerra (IGGAW, por sus siglas en inglés), en el tercer aniversario del inicio de la invasión. El informe destaca que las emisiones aumentaron un 30 % (55 millones de toneladas) en el último año de conflicto.
Por sectores, los combates fueron los principales responsables del CO2 emitido en estos tres años, con 82,1 millones de toneladas (36 % del total), y continuaron en aumento en 2024, a pesar del mayor uso de drones, que no reemplazó el empleo de proyectiles de artillería con alto contenido de carbono.
La reconstrucción de edificios e infraestructuras dañadas, con 62,2 millones de toneladas (27 % del total), sigue siendo el segundo sector que más CO2 ha generado en los tres años de invasión. Aunque creció a un ritmo más lento en 2024, debido a que las líneas de frente fueron “principalmente estáticas”.
Las emisiones que más crecieron en el último año fueron las de los incendios forestales asociados al conflicto, convirtiéndose en el tercer sector que más CO2 ha emitido, con 48,7 millones de toneladas desde 2022, lo que representa el 21 % del total.
El informe subraya que estos incendios fueron especialmente devastadores en 2024, la mayoría ubicados dentro o cerca de las líneas de frente o en zonas fronterizas.
Los combates, combinados con la “intensa” sequía veraniega que afectó gran parte de Ucrania —“probablemente impulsada por el calentamiento global”—, provocaron un aumento del 113 % en el área afectada por incendios forestales relacionados con el conflicto en comparación con el promedio anual de los dos primeros años de la guerra.
“Como es peligroso para los bomberos operar en la zona de guerra, estos incendios continúan de manera descontrolada, creciendo en tamaño e intensidad”, señala el informe, que destaca que 2024 “es un ejemplo preocupante de cómo el cambio climático y los conflictos armados se refuerzan mutuamente, lo que conduce a un mayor calentamiento global”.
Otros sectores que también emitieron CO2 asociado a la guerra desde 2022 fueron los ataques a infraestructuras energéticas, que generaron 19 millones de toneladas (8 % del total), con las petroleras siendo especialmente afectadas en 2024. La aviación civil, por su parte, produjo 14,4 millones de toneladas (6 %), debido al cierre del espacio aéreo, lo que obligó a cambiar y alargar los trayectos.
Además, el movimiento de refugiados ucranianos generó 3,3 millones de toneladas (2 % del total) en estos tres años, aunque en 2024 este impacto fue “muy pequeño”.
El estudio, respaldado por el Gobierno ucraniano, sostiene que la Federación Rusa “debería ser responsable por estas emisiones y los daños climáticos resultantes”, y cifra el “coste social del carbono” en más de 42.000 millones de dólares.
La Iniciativa para Contabilizar los Gases de Efecto Invernadero de la Guerra cuenta con el apoyo de la Fundación Europea del Clima (ECF) y del Gobierno sueco, entre otros.