Un estudio del presupuesto del FOMAG entre 2019 y 2025 señala un déficit estructural, falta de transparencia y riesgos que ponen en peligro la sostenibilidad del sistema.

El Centro de Pensamiento Así Vamos en Salud presentó su informe más reciente sobre la evolución del presupuesto de ingresos y gastos en salud del Fondo Nacional de Prestaciones Sociales del Magisterio (FOMAG) para el periodo 2019-2025. El análisis concluye que el sistema enfrenta un desequilibrio estructural persistente, acompañado de inconsistencias en los datos financieros y riesgos que comprometen la sostenibilidad de la atención médica para los docentes y sus familias.
El estudio también destaca que la población afiliada al magisterio en Colombia es mayoritariamente femenina y envejecida, con un alto porcentaje de personas entre los 45 y 65 años. A esto se suma una carga creciente de beneficiarios pediátricos y adultos mayores. Además, se evidenció que el 50 % de los afiliados se concentra en solo siete departamentos, lo que representa un reto importante para la planificación y prestación adecuada de los servicios de salud.
En términos de carga de enfermedad, el cáncer y las enfermedades crónicas encabezan las amenazas a la salud de esta población. En 2024, las neoplasias se convirtieron en la principal causa de muerte, con 957 casos registrados, seguidas por las enfermedades cardiovasculares. Entre los tipos de cáncer más prevalentes y con mayor mortalidad se encuentran los de cérvix, colon-recto, mama y próstata, todos con indicadores en deterioro tanto en incidencia como en mortalidad.
El informe también advierte que, aunque la red prestadora del FOMAG es extensa, presenta un alto nivel de fragmentación. Actualmente cuenta con 2.561 Instituciones Prestadoras de Servicios de Salud (IPS) y 6.032 sedes, concentradas en su mayoría en 17 departamentos. Del total de prestadores, el 76 % son privados, y se identificaron 13 sedes que no están habilitadas en el Registro Especial de Prestadores de Servicios de Salud (REPS), lo que compromete la transparencia y confiabilidad del sistema.
En el aspecto financiero, los hallazgos resultan alarmantes. Entre 2019 y 2025, los ingresos destinados a salud crecieron de $1,49 billones a $2,91 billones, pero los gastos lo hicieron de manera aún más acelerada, llegando a un máximo de $4,8 billones en 2024, lo que produjo un déficit histórico de $2,1 billones, equivalente al 184 %. Para 2025, la apropiación inicial ya proyecta un déficit de $568.000 millones, sin contemplar aún los ajustes por inflación ni el aumento de los costos médicos.
El estudio también pone de relieve inconsistencias entre los reportes financieros y los archivos presupuestales, lo que impide hacer un seguimiento claro de cómo se están utilizando los recursos. En 2024, el aumento del presupuesto se explicó por gastos extraordinarios en atención médica, así como por asignaciones adicionales para contratos y fallos judiciales. Sin embargo, el informe señala que no existe un reporte confiable que permita verificar esta información ante los entes de control.
Así Vamos en Salud alerta que la permanencia financiera del modelo y la garantía del derecho a la salud de los maestros y sus beneficiarios están en peligro si no se corrigen las fallas estructurales y la falta de claridad en la información.